lunes, 20 de diciembre de 2010

EL PORQUE DE UN AVIVAMIENTO

Antes de ir a ésta breve reflexión, compartiremos la Palabra de Dios:

Yo sé todo lo que haces; conozco tu duro trabajo y tu constancia, y sé que no puedes soportar a los malos. También sé que has puesto a prueba a quienes dicen ser apóstoles y no lo son, y has descubierto que son mentirosos. Has sido constante y has sufrido mucho por mi causa, sin cansarte. Pero tengo una cosa contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio. Por eso, recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio.(Apocalipsis 2, 2-5)


Este próximo año realizaremos ya nuestro 7º Retiro de Avivamiento, donde hemos visto a muchos hermanos beneficiarse de ello y han sido renovados en un nuevo ardor, una nueva conversión a nuestro Salvador Jesucristo. Pero también hemos visto como muchos de nosotros hemos caído en la rutina, en el poco compromiso y la indiferencia.

Y la pregunta del año es????....¿Y PORQUÉ?
POR QUE YA NO TENEMOS EL AMOR DEL PRINCIPIO.

En otras versiones de la Biblia dice: dejaste enfriar el primer amor.(vers.4)

Sabe, hermano(a), cual es la diferencia entre dejar algo y perder algo?
Es que cuando usted pierde algo, lo hace involuntariamente; en cambio cuando usted deja algo, lo hace voluntariamente. Usted y yo hemos descuidado, dejado de lado por nuestra voluntad ése amor y devoción del primer encuentro con Jesús que nos impulsaba a hacer cosas inimaginables.

Nos hemos dedicado hacer muchas cosas, "en vez de dejarnos hacer por El". Y esto no sólo tiene que ver a nivel espiritual, sino a nivel eclesial, familiar y laboral. Nos hemos afanado en constituir una "familia ideal", tener una buena posición económica y status social, posiciones altas en el trabajo e incluso en la Iglesia; olvidándonos de Aquél de quien provienen todas las cosas.

Pero como Dios es tan sabio y misericordioso, en este mismo texto nos da la medicina para corregir nuestro error.

Recordar donde hemos caído: en el mayor de los casos y aunque no queramos reconocerlo, en nuestro interior, sabemos dónde nos hemos caído. Hacer un verdadero examen en nuestro caminar cristiano y saber en que hemos fallado.

Volvernos a Dios: está es la actitud de una criatura que levanta sus ojos a su Creador y reconoce que "la ayuda me viene del Señor,que hizo el cielo y la tierra (Salmo 121,2). No basta solamente con recordar y estar lamentándonos continuamente de error cometido, sino volver a la verdadera fuente de vida y vida en abundancia.

"HACER" lo del principio: Aquí hacemos acción el deseo de encender nuestra vida espiritual o sea, VAMOS donde aquel que puede encender y darle sentido a nuestro ser. Cuando estábamos en el amor del principio, siempre le preguntábamos todo a Dios; todo giraba entorno a Él. Ahora, cansados y agobiados (Mateo 11,28) cuando lo hemos descuidado, volvemos para encontrar un nuevo aliento y enamorarnos más de Jesús.

Dios siempre estará atento a nuestras peticiones y sobretodo a nuestra necesidad de volver a encender el fuego y amor de la primera vez.


Me gustaría terminar esta reflexión con la siguiente frase: "NO HAY AVIVAMIENTO, SIN ARREPENTIMENTO"

Es por eso hermano(a) que debemos reconocer nuestras fallas como dice 1 Juan 1,9: "si reconocemos nuestros pecados, Dios, que es justo y fiel, perdonará nuestros pecados y nos purificará de toda maldad."



Dios nos ayude y podamos siempre volver siempre a la fuente cuando hayamos caído y avivemos el amor por  Dios como en los inicios de nuestro caminar.


Un abrazo en Jesús y María.
Luis Huichicoy.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Powered by Blogger